La Unión Europea: una Babel de 20 idiomas

Les pego un interesante artículo publicado en Clarín www.clarin.com.ar
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SOCIEDAD
La nueva Unión Europea, una Babel de 20 idiomas, pide a gritos traductores

En la sede de la UE trabajan a destajo unos dos mil traductores. La idea es que los representantes de cada país se comuniquen en sus propias lenguas. Según la UNESCO, en el mundo desaparece un dialecto o idioma cada dos semanas.

Por Silvia Appugliese. Especial para Clarín.com
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La reciente incorporación de diez países a la Unión Europea trajo aparejado el reconocimiento de nueve idiomas más en la Comisión. En pro de la conservación de la diversidad lingüística, el organismo ha salido a la caza de traductores ya que, como mínimo, necesitará duplicar la actual planta de 1300 profesionales. El desafío no es menor. Se necesita desenredar una madeja de veinte lenguas con 190 combinaciones posibles entre sí. Una empresa formidable, considerando la dificultad de encontrar traductores para combinaciones poco usuales, como estonio griego, por ejemplo. Algunos eurodiputados deslizaron la necesidad de una lengua única y otros hasta llegaron a proponer la reutilización del Esperanto. Sin embargo, por ahora todo indica que el respeto a las lenguas de cada país, es y será una premisa en esta Unión ampliada.

El caso europeo vuelve a poner sobre el tapete el tema de la diversidad lingüística, sobre todo cuando los datos sobre el peligro de extinción de las lenguas son abrumadores. Según la UNESCO , una lengua desaparece cada dos semanas, y más del 50 por ciento de los 6 mil idiomas existentes están en riesgo de extinción. Además, el 96 por ciento del total de las lenguas son habladas sólo por el 4 por ciento de la población, y el 90 por ciento no está ni siquiera representada en Internet. En nuestro país el debate desembarcó en la Feria del Libro. “¿Por qué razón es tan importante resucitar una lengua muerta?”, preguntó Leonardo Moledo, director del Planetario, en la presentación del libro de Tomás Buch “Tecnologías de la vida cotidiana”. “Sería muy lindo conservarla, pero, ¿a nosotros nos gustaría estar hablando Latín?. Yo creo que no, también tiene que evolucionar el lenguaje”, se autorespondió Moledo.

Buch eligió abordar el tema desde la agenda cultural. “Muchas políticas favorecen la diversidad de las lenguas pero al mismo tiempo contribuyen a destruir las culturas que las hablan”, advirtió y citó el ejemplo de un proyecto que planea traducir la Biblia de la civilización judeo cristiana a miles de lenguas en extinción. “Se trata de conservar la lengua, pero vaciándola de la concepción del mundo que ella construye. Y una lengua sin su cosmovisión propia no tiene nada que decir”, sentenció. Para Fabiola Ferro, lingüista y profesora de la Universidad de Buenos Aires, el problema no pasa por las lenguas como tal, en tanto sistemas de signos. “Lo que importa son sus hablantes. Y cómo éstos son avasallados físicamente, por ejemplo durante la Campaña al desierto, o moralmente, como cuando se hace una política imperial para imponer el español o el inglés” dijo, desplazando la discusión hacia el campo de la política.

El problema, es que la diversidad lingüística desde una óptica ecologista o moralista suele convertirse una mera declaración de principios. De hecho, el primer estado que tuvo una política clara en ese sentido fue el Apartheid. Se prohibió a las comunidades negras aprender el inglés, para que conservara cada una su propia lengua. Lo que se logró fue aislar a los pueblos, que, sin una lengua en común, no podían comunicarse entre sí. ¿Cómo preservar la variedad y lograr la comunicación al mismo tiempo?

Muchos lingüistas creen que se necesitan lo que ellos llaman “políticas aditivas” promoviendo la conservación de la lengua madre pero sumando la enseñanza de algún idioma dominante para empujar la comunicación entre los pueblos. Dice Ferro: “Si uno quiere enseñar matemática en Guaraní, va a tener que hacer un trabajo de política lingüística de dotación de vocabulario para esa lengua”. En ese sentido, la actual decisión de la Unión Europea a favor de la conservación de las lenguas, fue más que bienvenida. Todavía se desconoce si la empresa será viable, pero el paso dado es claramente a favor de la diversidad. Traductores, manos a la obra.

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